Logotipos de empresa

 In Diseño e imagen
Compártenos

¿No te preocupa el logotipo de tu empresa? ¡Pues debería!

Los malos logotipos, si es que siendo generosos podemos darle ese calificativo a los elementos gráficos que representan a algunas compañías, siguen siendo muy abundantes y todavía demasiadas empresas consideran que este es un asunto menor. ¡Nada más lejos de la realidad!

Es muy probable que si miras a tu alrededor, a los locales de tu barrio, a la publicidad que te dejan en el buzón o a los anuncios que ves en Internet, descubras a un montón de emprendedores despreocupados, o más bien insensatos, que no se han parado a pensar en qué está transmitiendo su entidad con el logo que utilizan a diario. Con un simple vistazo crítico, descubrirás muchos negocios que, aun siendo muy buenos en sus respectivos campos, han dejado un flanco totalmente descubierto respecto de la imagen de su compañía.

¿Cómo puede ser? ¿Alguien elige a conciencia un nombre feo para sus hijos? ¿A igualdad de precio alguien se decanta por la casa más fea? ¿Por qué entonces nos preocupamos tan poco de que el nombre y la imagen de nuestra empresa, que nos va acompañar si todo va bien durante el resto de nuestra vida laboral, tengan la calidad suficiente?

Bien por ahorrar al máximo, porque tenemos un amiguete apañado que nos va a echar un cable con el diseño, o incluso porque estar convencidos de que estas cosas no son más que tonterías, demasiado a menudo se pone la imagen de un negocio en manos de cualquiera, o lo que es peor, en manos de nadie. Y es un error que se paga caro, y generalmente se prolonga durante mucho tiempo. Porque si bien todo logotipo se puede rediseñar yreadaptar a los nuevos tiempos, tener que hacerlo por una mala elección inicial nos obligará a volver a rotular locales, hacer nuevas bolsas, tarjetas de visita y cualquier otro material corporativo que utilicemos habitualmente.

El logotipo define tu empresa y la diferencia de tu competencia. Dice quién eres y quién no eres. ¿Quieres representar a una empresa con un logotipo tan malo que quede borroso cuando se imprima en un folleto? ¿Con una imagen gráfica tan mal pensada que cuando se reduce para incluirla en tarjetas de visita no se visualiza correctamente? ¿Con una tipografía, un color o un símbolo tan mal elegido que genere desconfianza sobre la calidad del producto? Seguro que no. Seguro que quieres que tu imagen sirva para lo que tiene que servir: para representar perfectamente el tipo de producto que ofreces, dar una imagen de profesionalidad y atraer clientes que rápidamente te identifiquen y sepan que eres tú y no otro el que está ofreciendo un determinado servicio.

¿Qué te recomendamos entonces? Si estás a punto de poner en marcha un nuevo negocio, empieza bien desde el principio. Busca un profesional del diseño y confía en sus habilidades, transmítele claramente los valores que quieres que queden representados en tu logotipo y no avances en la elaboración de los diferentes materiales hasta no tener bien definido el primer paso. Un logo claro, sencillo pero vistoso, es esencial para poder desarrollar posteriormente todas las aplicaciones que necesita tu marca. Realiza las adaptaciones que necesites y aplica convenientemente el logotipo a todos tus materiales. Déjate asesorar. Un logotipo no funciona igual sobre fondo claro que sobre fondo oscuro, no es lo mismo usarlo para rotular una ventana que ponerlo en una camiseta. Cada material necesitará su tratamiento personalizado y hacerlo siempre bien no es complicado si lo consultas con los profesionales. Que te quede claro que no por ponerlo más grande va a salir reforzada tu marca, el equilibrio y la proporción son fundamentales para obtener buenos resultados.

Si al leer esto lo que te ha quedado claro es que tomaste malas decisiones en tus inicios, o que a pesar de haberlo hecho bien el paso del tiempo ha dejado un tanto anticuada la imagen de tu empresa, ¡no desesperes, hay solución! Los logos evolucionan, no hay más que echar un vistazo atrás y ver como las grandes compañías como Coca-Cola, Pepsi, Starbucks y tantas otras han ido redefiniendo sus rasgos para readaptarse y, en general, para evolucionar hacia el ‘menos es más’, uno de los grandes principios del diseño que nos recuerda que cuando las cosas están bien hechas, si son sencillas serán más fáciles de recordar. Nunca es tarde para reconducir una situación, para pedirle a un diseñador que estudie tu caso, te presente propuestas y te ayude a replantearte la imagen que tú y tu empresa estáis haciendo llegar a los potenciales clientes. En este caso la transición es más dura y conviene planificarla correctamente para que se rehagan todos los materiales y la empresa no se quede a caballo entre el logo viejo y el logo nuevo, pero la verdad es que la frescura y la modernidad que trae el cambio compensa el esfuerzo.

El logo es como el traje con el que vistes cada día a tu compañía. Si mañana acudes a una entrevista o a ofrecer tu producto a algún cliente, párate a pensar un momento: tú te has puesto un buen traje, ¿verdad? ¿le has puesto un buen traje a tu empresa?

AUTORA:
Milena – Community Manager Mediterrània Networks, SL.

Leave a Comment